En un acto de firme defensa de la educación superior pública, el señor rector de la Universidad Nacional José María Arguedas, Dr. Edgar Martínez, compareció ante la Comisión de Presupuesto del Congreso de la República para exponer de manera directa, concisa y precisa las urgentes necesidades que aquejan a nuestra casa de estudios.

Frente a los congresistas, el Dr. Martínez no solo expuso cifras, sino la realidad tangible de una comunidad universitaria que lucha por su desarrollo con recursos insuficientes. Con la autoridad moral y académica que le caracteriza, nuestro rector destacó la crítica situación que impide cubrir las necesidades elementales de la universidad, subrayando que la asignación presupuestal para el año 2026, en algunos ítems es hasta siete veces menor en comparación con el 2025, lo que hace materialmente imposible satisfacer los derechos y necesidades de nuestro estudiantado.

Con un mensaje claro y esperanzador, el Dr. Martínez enfatizó que estas adversidades encontrarían solución si el presupuesto se asignara considerando la realidad específica de cada universidad. Entre los puntos más sensibles, destacó la falta de recursos para el nombramiento y ascenso de los docentes que forman a las futuras generaciones, así como para el sostenimiento del comedor universitario, la movilidad estudiantil, los centros médicos y, de manera crucial, la infraestructura universitaria.

“…Nosotros como rectores hacemos todo el esfuerzo cuando vamos a presentar nuestro presupuesto al Ministerio de Economía, con las demandas adicionales, que son demandas reales y de necesidad urgente para su tratamiento”, afirmó nuestro Rector, quien fue enfático al solicitar un diálogo tripartito entre el Congreso de la República, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Consejo de Rectores. Con miras a un futuro más equitativo, pidió ser atendidos al menos en un 60% de estas demandas, frente al magro 30% actual.

La reunión, que contó con la presencia de rectores de otras universidades públicas, se convirtió en un escenario donde la voz de la UNAJMA resonó con fuerza y claridad. La actual gestión universitaria es un faro de esperanza que nos recuerda que, con diálogo y perseverancia, es posible trabajar por una UNAJMA más fuerte, digna y con los recursos necesarios para cumplir su misión en favor de la juventud y el desarrollo nacional.